La cercanía entro lo que sucede dentro de la pantalla y lo que late afuera Muchas veces se presenta tremendamente palpable. Una esfera retroalimenta a la otra y así se parecen y se cruzan. La protesta de los tobas en la 9 de Julio y la de los mapuches en El elegido lo testifican.
Cansados de no ser escuchados en los márgenes de su propio suelo, un grupo de indígenas provenientes de Formosa decidieron “hacerse ver” en la avenida más céntrica y concurrida de la Capital Federal.
Con sus pancartas en alto y una leyenda que dice “la tierra es nuestra vida” esperan una respuesta sobre el hurto de 1300 hectáreas que supieron labrar, mimar y cuidar durante tantísimos años y hoy fueron arrebatadas de sus manos.
Casi en paralelo a esta historia se cuela en el prime time de Canal 9 y toma forma en la ficción protagonizada por Pablo Echarri y Paola Krum, una situación similar.
A partir de la figura de Mariana Estevez (Krum), una abogada defensora de los desprotegidos, heredó de su padre la causa de los mapuches y sus tierras.
Ya en el primer capítulo, durante la cita inicial de los protagonistas, fue desplegada esta causa sobre la mesa, en el momento en que Andrés (Echarri) tenía la misión de defender una multinacional que quiere apropiarse de sus tierras y su “heroína” lo atacó con furia y se puso al hombro la defensa de la dignidad de los aborígenes.
Pero este no fue un episodio aislado de la novela, sino uno de las líneas argumentales más sólidas y comprometidas, con más matices para explotar, y realmente accesible para dar cuenta de la corrupción, el maltrato y los engaños a los que son expuestos los pueblos originarios.
Para más, la figura de la Machi Teresa personificada por Isabel Quinteros mantiene actualizada esta trama que no agota.
Mientras David (Cáceres) y Roberto (Suárez) reprimen a los mapuches que, estancados en sus tierras, se negaban a abandonarla, ella, la chamán (Quinteros), es su portavoz en la Capital Federal.
En ambos casos, los rostros arrugados de tanto pedir y sufrir. En ambos casos, un poder que los esquiva, les roba y no les da respuesta. En ambos casos, la resistencia y el pedido. Ficción y realidad son dos líneas que se encuentran, se chocan y no son intrínsecas.
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