13 de junio de 2012

Marley: "Estoy enamorado de la voz"

Conductor oficial, Marley es la cabeza de equipo del programa musical más esperado. Aquí, una entrevista exclusiva donde cuenta miedos y obsesiones. Radiografía del primer fanático argentino de La Voz.


Tiene una de esas caras conocidas que estamos acostumbrados a ver mientras cenamos. Como un primo buena onda, como un hermano gracioso, como un amigo. Eso. Como un amigo. Porque sin dudas, Marley es ese compinche que cualquiera quiere tener. Okey. Pinta ansioso. Ansioso pero amable. Mezcla rara entre obsesivo y fanático, parece que también lo es: vio todas las versiones de todos los países de La Voz Argentina y, claro, tiene ganas de empezar cuanto antes con el ciclo. Se apura. Nos apura. Corre las palabras. Y dice: “Es que quiero conocer ya a los participantes”.

Si hay alguien que la tiene clara es él. Sabe al dedillo cómo es conducir este tipo de formatos. No sólo es el tipo más simpático de nuestra televisión, también es el más todoterreno. Alguien con horas de vuelo en programas musicales y de cualquier especie. ¿Qué es La Voz en su carrera? “Yo creo que es como un crecimiento para mí. Es un paso más arriba de Operación Triunfo. Porque La Voz es más novedoso. Es genial que no se esté evaluando por lo que se ve”, cuenta Marley y agrega al instante: “El jurado no sabe si los participantes son pobres o de dónde vienen. Tampoco conocen nada de sus historias personales, esa es una gran diferencia”.

Marley es, además de otro conjunto de cosas interesantes, un apasionado. Se ve de lejos. Un entusiasta crónico. Se nota en cómo habla, en cómo se para, en cómo mueve las manos. 
Hiperkinético, es poco. Todo en él es esperanza compulsiva. “Cuando vi el formato americano me enamoré” admite y se sigue entusiasmado solo. “No puede ser que finalmente haya llegado la voz. Es algo nuevo para todos. Estamos muy contentos, twitteando. Vamos a ver como sale. Cualquier cosa me decís”, nos pide. Claro, así, sin rollos, como si fuera familia, como quien le habla a un amigo…