La campaña política del personaje de Pablo Echarri en “El elegido” se realizó por la Red. |
Telenovelas como “El elegido” fusionan ficción y realidad en la web. Cómo funciona este cruce entre personajes, relatos y espectadores.
Cuando los Supersónicos veían tele, a veces el presentador de noticias los miraba a los ojos, les respondía o preguntaba cosas. En “La rosa púrpura del Cairo”, Mia Farrow quedaba encantada cuando su actor favorito atravesaba la pantalla para saludarla.
La fantasía de "interacción" entre ficción y espectador se adaptó a distintas formas proféticas, pero hoy cobra vida mediatizada. Las redes sociales son el nuevo canal entre los relatos que vemos y lo que pensamos de los relatos que vemos.
Hace un tiempo que “El elegido” despliega, en paralelo a la emisión de la telenovela, toda una serie de plataformas en la web para seguir la historia. La estrategia no sería ninguna novedad (lo mismo hacen todos los canales y programas) a no ser porque está tan ficcionalizada como la trama. Así, los personajes tienen sus propias cuentas de Twitter desde las que hablan con el mismo tono de la telenovela, también tienen blogs y postean cosas desde su intimidad creada.
En la Argentina, esta es la primera experiencia de traspaso de la ficción televisiva a la meta ficción on-line, pero la historia tiene antecedentes como iniciativa marketinera y de fidelización de audiencias. Los personajes de la serie “Mad Men” también tenían sus perfiles en Twitter y eran ellos los que seguían y hablaban a sus espectadores.
De todas, quizá la experiencia más rendidora fue la de la serie “Glee”, que hizo castings a través de las redes sociales y divulgó su trabajo en las redes sociales. Hasta los actores que quedaron fuera de la serie se enteraron a través de Twitter. De hecho, hoy el mayor ingreso comercial del programa está en la venta de canciones vía Itunes.
La estrategia tiene nombre: transmedia, una técnica para contar historias a través de múltiples plataformas y que acaban con el relato lineal, tal cual lo explica el especialista en tecnología Leandro Zanoni en una columna del diario El Cronista Comercial. ¿Cómo funciona esta cadena de mamushkas de ficciones que atraviesan el relato?
Escritores fantasmas
Lucía Salo forma parte de la Unidad de Contenidos Digitales de Telefé. Trabaja con un equipo de personas que se encarga, por ejemplo, del sitio oficial del canal y las redes sociales de todos los programas.
Son los responsables de que Verónica San Martín (Leticia Brédice, en “El elegido”) twitee cosas "Estoy embarazada y qué?" o que despotrique en la red contra Andrés Bilbao y Mariana (los personajes de Pablo Echarri y Paola Krum). Tiene nueve mil seguidores que le responden, a veces con la vehemencia con la que se respondería a una villana real.
"La gente se involucra en serio, hay muchos fanáticos de la telenovela. La idea es, a través de las redes sociales, instalar el producto y redireccionar a la gente hacia nuestra web, ahí canalizamos lo que está en otras redes sociales y generamos contenidos nuevos", explica Lucía.
El ida y vuelta en ficción y no ficción incluyó, por ejemplo, un concurso de arte que comenzó en el blog de Verónica San Martín. Entre las obras de arte que la gente envió, eligieron la ganadora y la ubicaron en la escenografía del programa, como parte de la ficción.
También tiene cuenta de Twitter el personaje de Greta (Mónica Antonópulos) y toda la campaña política para promocionar la candidatura a presidente de Andrés Bilbao se realizó por la web, como si realmente fuera un político. Por otra parte, una próxima acción involucrará a Oscar Nevares Sosa con otro concurso para los espectadores.
Así, la cuarta pared de la ficción es derribada con apenas una laptop o un Blackberry. La idea es que la gente no sólo participe sino que cree sus propios contenidos. Lucía agrega: "Al final de cuentas, es lo mismo que pasa en la calle cuando a Leticia Brédice o a Lito Cruz les gritan o los llaman por el nombre del personaje. La gente los quiere o los odia en función de su relación con la novela. Es eso mismo, pero replicado en la web. Es como la vida misma, pero 2.0. Una TV 2.0".
En Telefé, la experiencia cobró fuerza con la última edición de “Gran Hermano”, programa que fundió como pocos los límites entre realidad, ficción, reality, tanto en sus grabaciones como en las cuentas de Twitter que tenían los integrantes.
Así, el equipo de acciones digitales trabaja en conjunto con la producción del programa, siguen de cerca a los guionistas y generan contenidos propios: entrevistas, clips, perfiles, toda una serie de anexos que nutren el universo ficcional de la novela, como pies de página que se completan en internet.
Otros casos
El del Telefé es el primer emprendimiento a gran escala de esta estrategia. Pero no el único. En ciudades como Córdoba o Rosario hay programas de los canales de TV locales cuyos personajes o conductores tienen sus propios perfiles en Facebook y Twitter.
Si ya circulan televisores con conexión a internet en su propia pantalla y conexiones a YouTube, Facebook y Twitter, que no nos extrañe que, en pocos años, el presentador del noticiero nos responda y nos mire a los ojos.
La fantasía de "interacción" entre ficción y espectador se adaptó a distintas formas proféticas, pero hoy cobra vida mediatizada. Las redes sociales son el nuevo canal entre los relatos que vemos y lo que pensamos de los relatos que vemos.
Hace un tiempo que “El elegido” despliega, en paralelo a la emisión de la telenovela, toda una serie de plataformas en la web para seguir la historia. La estrategia no sería ninguna novedad (lo mismo hacen todos los canales y programas) a no ser porque está tan ficcionalizada como la trama. Así, los personajes tienen sus propias cuentas de Twitter desde las que hablan con el mismo tono de la telenovela, también tienen blogs y postean cosas desde su intimidad creada.
En la Argentina, esta es la primera experiencia de traspaso de la ficción televisiva a la meta ficción on-line, pero la historia tiene antecedentes como iniciativa marketinera y de fidelización de audiencias. Los personajes de la serie “Mad Men” también tenían sus perfiles en Twitter y eran ellos los que seguían y hablaban a sus espectadores.
De todas, quizá la experiencia más rendidora fue la de la serie “Glee”, que hizo castings a través de las redes sociales y divulgó su trabajo en las redes sociales. Hasta los actores que quedaron fuera de la serie se enteraron a través de Twitter. De hecho, hoy el mayor ingreso comercial del programa está en la venta de canciones vía Itunes.
La estrategia tiene nombre: transmedia, una técnica para contar historias a través de múltiples plataformas y que acaban con el relato lineal, tal cual lo explica el especialista en tecnología Leandro Zanoni en una columna del diario El Cronista Comercial. ¿Cómo funciona esta cadena de mamushkas de ficciones que atraviesan el relato?
Escritores fantasmas
Lucía Salo forma parte de la Unidad de Contenidos Digitales de Telefé. Trabaja con un equipo de personas que se encarga, por ejemplo, del sitio oficial del canal y las redes sociales de todos los programas.
Son los responsables de que Verónica San Martín (Leticia Brédice, en “El elegido”) twitee cosas "Estoy embarazada y qué?" o que despotrique en la red contra Andrés Bilbao y Mariana (los personajes de Pablo Echarri y Paola Krum). Tiene nueve mil seguidores que le responden, a veces con la vehemencia con la que se respondería a una villana real.
"La gente se involucra en serio, hay muchos fanáticos de la telenovela. La idea es, a través de las redes sociales, instalar el producto y redireccionar a la gente hacia nuestra web, ahí canalizamos lo que está en otras redes sociales y generamos contenidos nuevos", explica Lucía.
El ida y vuelta en ficción y no ficción incluyó, por ejemplo, un concurso de arte que comenzó en el blog de Verónica San Martín. Entre las obras de arte que la gente envió, eligieron la ganadora y la ubicaron en la escenografía del programa, como parte de la ficción.
También tiene cuenta de Twitter el personaje de Greta (Mónica Antonópulos) y toda la campaña política para promocionar la candidatura a presidente de Andrés Bilbao se realizó por la web, como si realmente fuera un político. Por otra parte, una próxima acción involucrará a Oscar Nevares Sosa con otro concurso para los espectadores.
Así, la cuarta pared de la ficción es derribada con apenas una laptop o un Blackberry. La idea es que la gente no sólo participe sino que cree sus propios contenidos. Lucía agrega: "Al final de cuentas, es lo mismo que pasa en la calle cuando a Leticia Brédice o a Lito Cruz les gritan o los llaman por el nombre del personaje. La gente los quiere o los odia en función de su relación con la novela. Es eso mismo, pero replicado en la web. Es como la vida misma, pero 2.0. Una TV 2.0".
En Telefé, la experiencia cobró fuerza con la última edición de “Gran Hermano”, programa que fundió como pocos los límites entre realidad, ficción, reality, tanto en sus grabaciones como en las cuentas de Twitter que tenían los integrantes.
Así, el equipo de acciones digitales trabaja en conjunto con la producción del programa, siguen de cerca a los guionistas y generan contenidos propios: entrevistas, clips, perfiles, toda una serie de anexos que nutren el universo ficcional de la novela, como pies de página que se completan en internet.
Otros casos
El del Telefé es el primer emprendimiento a gran escala de esta estrategia. Pero no el único. En ciudades como Córdoba o Rosario hay programas de los canales de TV locales cuyos personajes o conductores tienen sus propios perfiles en Facebook y Twitter.
Si ya circulan televisores con conexión a internet en su propia pantalla y conexiones a YouTube, Facebook y Twitter, que no nos extrañe que, en pocos años, el presentador del noticiero nos responda y nos mire a los ojos.
Juliana Rodríguez (LVI)