La novela “Graduados” llegó el lunes pasado a la T.V para contar la
historia de un grupo de compañeros del colegio que se reencuentra dos
décadas después de haber egresado. Inspirados en escenas de la vida
real, los guionistas crearon a la familia de Andy (Daniel Hendler) como
un típico caso de “nido lleno”. Y a él, como un caso de “síndrome de
Peter Pan” de manual.
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“Nos inspiramos en el síndrome de Peter Pan
para el personaje de Hendler: un joven de familia judía de clase media
de unos 40 años que se aferra a sus gustos adolescentes. No madura
porque está muy cómodo y un noviazgo o un trabajo serio lo obligaría a
entrar al mundo de la adultez”, desmenuza Ernesto Korovsky, su
guionista. “Fue difícil porque uno oscila entre creer que son unos
genios y a la vez son patéticos porque ya no pueden ni correr cuando se
les escapa el perro”. El personaje duerme en la misma cama cucheta que a
los 18, tiene las paredes tapizadas de pósters y se pelea con su
hermana como adolescentes.
Lo que pasa en la dinámica familiar es
interesante: “Por un lado los padres (Roberto Carnaghi y Mirta
Busnelli) quieren que se vayan porque están podridos de tenerlos ahí.
Por otro, creen que si los hijos no crecen ellos tampoco envejecen. El
padre dice que está harto. La madre, que mientras el nene sea feliz ella
es feliz”.
Fuente: Clarin.com