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| “Graduados”, que aquí se ve por Canal 9 Televida, tiene un alto rating promedio de casi 24 puntos. |
Sin rating no hay paraíso. Y aunque los numeritos de Ibope no sean
indicadores de calidad sí lo son de tendencias: por ahora, las novelas
típicas de toques naif y pasos de comedia se imponen sobre las tramas
romántico-fantásticas.
En marzo, Telefé volvió a liderar las mediciones por tercera vez consecutiva, con un promedio de 11,6 puntos frente a los 9 que obtuvo El Trece, pues ni la segunda temporada de “Los únicos” midió como se esperaba, ni los besos-lobeznos que Gonzalo Heredia le prodigó a Vanesa González en “Lobo” movieron a Telefé del podio del ‘prime time’.
El liderazgo del canal que conduce Tomás Yankelevich deviene del infalible combo que forman “Dulce amor” (fue lo más visto con los 24,6 puntos de rating) y “Graduados” (con un promedio de 21,4 puntos) desde su irrupción en la pantalla chica. La primera es una historia romanticona que le hace honor al género (la telenovela) con personajes arquetípicos al estilo Migré, algunos guiños ‘gags’ y cierta atmósfera familiar ATP; su ‘socia’, en cambio, gira en torno a una historia de amor inconclusa que alterna entre los ‘80 y la actualidad, tejiendo y destejiendo secretitos bien guardados (un hijo, un pasado obeso, un presente gay y amores no correspondidos, entre otros).
Consciente de la debilidad de su ficción, Adrián Suar decidió adelantar el final de “Lobo” y apostar toda sus fichas al regreso de Marcelo Tinelli y su imbatible “ShowMatch”.
Así, el culebrón destinado a encabezar ese segmento durante todo el año terminará en mayo, con un magro promedio que nunca superó los 13 puntos (diez menos de las marcas que dejaron “Valientes” y “Herederos de una venganza”) y un protagónico que le quedó grande a Heredia (tanto a sus cavilaciones de tipo atormentado como a sus inesperadas metamorfosis le faltaron garra y convicción para ser creíbles).
El recorte presuroso en los libros de “Lobo” movió otra vez las fichas en el principal tablero del canal de Constitución, que también debió cambiar de franja horaria a la segunda temporada de “Los únicos” (de las 21.30 a las 19.30, aquí por Canal 7 Mendoza), tras comprobar que la historia de agentes con superpoderes perdía interés frente a la mística retro de “Graduados”.
Desde hace una semana, en su lugar se emite “Soñando por cantar”, uno de los realities de la factoría Ideas del Sur. El cambio de estrategia, por cierto, mejoró el panorama: con un Mariano Iúdica tinellizado de pies a cabeza al frente y talentos ignotos que desean estar en “ShowMatch”, el envío promedió los 20,9 puntos de rating en su primera semana.
Sin embargo, El Trece todavía no se recupera de la embestida de Telefé. De allí la expectación por la llegada del ‘gigante’ de Ideas del Sur, que hasta ahora no tiene fecha precisa de desembarco pero que, se sabe, es el único capaz de revertir la mala racha que se cierne sobre el canal de Constitución desde que comenzó el año.
Guste o no, Tinelli hoy es el Rey Midas de la televisión argentina. ¿El secreto? Pues su enorme habilidad para mezclar morbo, absurdo, escándalos en un estudio de televisión y decorar tal cocoliche penoso con la palabra “sueño”.
Algo así como una versión remozada del circo romano, con estrellas fugaces y figuritas de cartón batiéndose en la arena.
Al fin y al cabo, en amor, como en la guerra, todas las armas... ¿son válidas?
En marzo, Telefé volvió a liderar las mediciones por tercera vez consecutiva, con un promedio de 11,6 puntos frente a los 9 que obtuvo El Trece, pues ni la segunda temporada de “Los únicos” midió como se esperaba, ni los besos-lobeznos que Gonzalo Heredia le prodigó a Vanesa González en “Lobo” movieron a Telefé del podio del ‘prime time’.
El liderazgo del canal que conduce Tomás Yankelevich deviene del infalible combo que forman “Dulce amor” (fue lo más visto con los 24,6 puntos de rating) y “Graduados” (con un promedio de 21,4 puntos) desde su irrupción en la pantalla chica. La primera es una historia romanticona que le hace honor al género (la telenovela) con personajes arquetípicos al estilo Migré, algunos guiños ‘gags’ y cierta atmósfera familiar ATP; su ‘socia’, en cambio, gira en torno a una historia de amor inconclusa que alterna entre los ‘80 y la actualidad, tejiendo y destejiendo secretitos bien guardados (un hijo, un pasado obeso, un presente gay y amores no correspondidos, entre otros).
Consciente de la debilidad de su ficción, Adrián Suar decidió adelantar el final de “Lobo” y apostar toda sus fichas al regreso de Marcelo Tinelli y su imbatible “ShowMatch”.
Así, el culebrón destinado a encabezar ese segmento durante todo el año terminará en mayo, con un magro promedio que nunca superó los 13 puntos (diez menos de las marcas que dejaron “Valientes” y “Herederos de una venganza”) y un protagónico que le quedó grande a Heredia (tanto a sus cavilaciones de tipo atormentado como a sus inesperadas metamorfosis le faltaron garra y convicción para ser creíbles).
El recorte presuroso en los libros de “Lobo” movió otra vez las fichas en el principal tablero del canal de Constitución, que también debió cambiar de franja horaria a la segunda temporada de “Los únicos” (de las 21.30 a las 19.30, aquí por Canal 7 Mendoza), tras comprobar que la historia de agentes con superpoderes perdía interés frente a la mística retro de “Graduados”.
Desde hace una semana, en su lugar se emite “Soñando por cantar”, uno de los realities de la factoría Ideas del Sur. El cambio de estrategia, por cierto, mejoró el panorama: con un Mariano Iúdica tinellizado de pies a cabeza al frente y talentos ignotos que desean estar en “ShowMatch”, el envío promedió los 20,9 puntos de rating en su primera semana.
Sin embargo, El Trece todavía no se recupera de la embestida de Telefé. De allí la expectación por la llegada del ‘gigante’ de Ideas del Sur, que hasta ahora no tiene fecha precisa de desembarco pero que, se sabe, es el único capaz de revertir la mala racha que se cierne sobre el canal de Constitución desde que comenzó el año.
Guste o no, Tinelli hoy es el Rey Midas de la televisión argentina. ¿El secreto? Pues su enorme habilidad para mezclar morbo, absurdo, escándalos en un estudio de televisión y decorar tal cocoliche penoso con la palabra “sueño”.
Algo así como una versión remozada del circo romano, con estrellas fugaces y figuritas de cartón batiéndose en la arena.
Al fin y al cabo, en amor, como en la guerra, todas las armas... ¿son válidas?
Fuente: Mariela Encina Lanús (Estilo - Los Andes)
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