25 de junio de 2012

Celia Astargo: "Soy un animal de radio"

Celia es una de las periodistas y locutoras más queridas del ambiente mendocino.
Durante diez años fue uno de los rostros de Canal 9. Luego, se inclinó por LV10, donde conduce "Tiempos modernos". En esta entrevista se confiesa: "La imagen fue algo que pesó mucho en mí. Pero empecé a quererme y aceptarme: dejé de darme con un palo".
 
Desde el principio es claro que Celia Astargo no es consciente de la admiración que genera en el público, y sus pares. De hecho, seguramente es ese perfil tan bajo y profundamente profesional y humano, lo que genera que sea una de las periodistas más queridas del medio y elegida por los mendocinos.

Cada día Celia conduce "Tiempos Modernos", un trabajo que realiza junto a un equipo que ama y admira, por LV10 (AM 720 o 104.1 en FM) de 9 a 13. Pero su día comienza muy temprano. Todos los días Celia Astargo se levanta a las 6 de la mañana. Cuarenta y cinco minutos después despierta a sus tres hijos Martín, María y Milagros. "Yo alcanzo a peinar a las nenas y me voy a trabajar. Después Julio (Funes, su marido) se queda con ellos hasta que los lleva a la escuela. A las 13 salgo de la radio y paso a buscarlos", cuenta.

-Y la vorágine continúa en el trabajo…

-Amo mi trabajo, puedo estar muy enferma o tener un mal día, pero llego, y todo se disipa. Soy un animal de radio, la amo con pasión. Apenas llego hacemos un trabajo de pre producción en equipo, donde hablamos, discutimos, intercambiamos opiniones, nos reímos, hacemos catarsis y a las nueve estamos al aire, con un 50% del programa armado. El resto lo vamos trabajando sobre los temas que la actualidad o el momento requieren.

De todas maneras se trata de hacer nuestro trabajo de manera equilibrada, donde sí, la actualidad no falta, pero no es lo único que hay para contarle al oyente. También hay datos e información de música, la palabra de la persona que desde el otro lado quiere decirnos algo, informaciones curiosas, tratamos de equilibrar todo.

-Es complejo mantener el pulso de la actualidad…

-La idea es prepararte, para estar más atento a ese tipo de cosas. Pero trabajo con gente que quiero y admiro y estamos todos muy atentos, para no perdernos de ninguna información. Pero sin perder ese equilibrio fundamental del programa, donde no todo es lo malo que está pasando, donde hay mucho por contar. No hay que perder el balance de las cosas.

-¿Qué destaca el oyente?

-La gente agradece mucho la diversión. Llama y nos dice que se divierte mucho con nosotros, rescata momentos en que pasan otras cosas. Eso es maravilloso.

-Cambiando de tema, ¿te gusta la tele de hoy?

-En realidad la elijo poco, funciona más bien como radio para mí por una cuestión de tiempos. Además, me solía quedar pegada con las noticias que me parecen injustas o contraproducentes y me daba rosca, después no podía dormirme. Tampoco me gusta que los chicos se expongan a los noticieros, considero que es lo más contraproducente para ellos; pasan cosas que no tienen todavía por qué saber.

-¿Y el Twitter? ¿Lo usás?

- Sólo para trabajar. No soy de tuitear mucho. El Facebook sí es más social, he compartido fotos personales y todo, pero a esta altura he empezado a restringir la cantidad de gente porque tengo a muchos contactos al divino botón.

-¿Ser reconocida cuando hacías TV, durante 10 años en Canal 9, te pesó en algún momento?

-Siempre tuve un perfil muy bajo, de hecho esa exposición, al salir a la calle llegaba a ser incómoda cuando la mirada ajena se hacía demasiado intensa. La imagen de la tele es muy fuerte. Pero hay que entender que es sólo un laburo, la vida es lo que está afuera: tus seres queridos, la cotidianidad, si no lográs darte cuenta de eso, la tele tiene mucho peso y puede confundirte.

-¿Te costó dejar la televisión?

-No, fue maravilloso, pero era una etapa terminada para mí, la televisión de Mendoza tiene un techo por una multiplicidad de factores económicos que implica. Producir y hacer tele es muy caro. Creo que la renovación es importante.

-¿Sos lectora cholula?

-Totalmente, de hecho me encanta. Tenía una profesora que siempre decía: "Hay que leer todo, hasta la revista de moda Burda”. Y es la verdad, estoy totalmente de acuerdo, además me gusta, leo el chusmerío, las noticias de espectáculo, y me encanta saber todo sobre moda: el color de temporada que se viene, tipo de ropa, cómo se va usar el pelo… todo. Consumo moda, pero no la sigo para ir a comprarla como loca. De hecho al terminar el secundario, el diseño de moda era una de las opciones en las que pensé en un momento, pero luego pasó, no era para mí (ríe).

-¿Qué cosas te pueden?

-Los zapatos y las carteras, ¡las amo!

-¿Lo que nunca te pondrías?

-Las faldas ni largas ni cortas, nunca me gustaron para mí.

-¿Qué pensás de la tiranía de la imagen en la mujer?

-El mandato es muy fuerte social y culturalmente hablando. Sos mujer y tenés que ser mamá, casarte, cumplir con reglas estéticas, etcétera. La imagen fue algo que pesó mucho en mí. Pero los años y los ojos ponen en una mujer las cosas en perspectiva. Empecé a quererme y aceptarme, y sobre todo dejar de darme con un palo. Hoy vivo el tema de manera relajada y feliz. Analía de la Llana

                                                                                                                                                        Fuente: Estilo - Los Andes